Irene Morán García
Las personas en el espectro pasan muchísimo tiempo al día trabajando. Para ellas, que no entienden el mundo de la misma manera que las normotípicas, todo es trabajo, porque todo el rato intentan comprendernos, y adaptarse. Vamos a ponérselo fácil, que está en nuestra mano, y a darles espacios de ocio que no les supongan más estrés.
Formación
Accesibilidad cognitiva y lectura fácil (UNED y Plena inclusión 2023)
Intervención psicoeducativa para personas en el espectro autista (Fundación Quinta 2017)
Fotógrafa (Escuela de Artes y Oficios 10 de Madrid, 2009)
Ingeniería técnica informática, pero eso ya es otra vida…
Y además soy hija de padres historiadores del arte (los dos, no sabéis qué infancia de ver piedras…) que me han enseñado a entender muchas cosas de este mundo en los museos. He aprendido pasajes de la Biblia, he aprendido a descifrar las figuras de Miró, a reconocer a los dioses griegos, y he descubierto montones de mujeres que no aparecían en mis libros de texto. Me han llevado al cine y al teatros, a conciertos, de Mecano (oh, sí, aquella también era yo) a la Filarmónica Nacional, según en qué etapa de la vida estuviera. A librerías, a restaurantes, a tiendas de segunda mano. Todo eso también es formación. Probablemente, la más valiosa que tengo.
El autismo y yo
En 2015 me ofrecieron hacer talleres de fotografía específicos para estudiantes en el espectro autista. Ya había trabajado con refugiados, con adolescentes con problemas de comunicación, y el proyecto era súper atractivo. Y parecía lógico: ofrecer una vía de comunicación a través de imágenes para personas que manejan mejor lo visual que las palabras. Me encantó la idea y me aterró: no sabía nada de autismo. Me formé como Especialista en intervención psicopedagógica en la FQ y desde entonces:
Ponente en la Jornada Gatea concienciación sobre el autismo en la Universidad Francisco de Vitoria (Madrid, 2023)
Ponente en las II Jornadas de concienciación sobre el autismo Conciencia TEA (Madrid, 2023)
Participante en la mesa redonda Cine e Inclusión, dentro del marco de Tertulias CIMA (Madrid, 2023)
Ponente en el Seminario Internacional Autismo, Museos e Inclusión (UAM, 2022).
Ponente las jornadas Microsoft Employee Resource Groups: Building Community: Autismo e inclusión desde fuera del espectro (2022).
Ponente en las Jornadas Técnicas del Instituto Lluís Companys (FP Integración Social, 2022).
Docente en el curso teórico/práctico de Cine inclusivo (FP Mediación Comunicativa del Instituto Averroes de Córdoba, 2022).
Docente del Curso de especialista en intervención psicopedagógica de la Fundación Quinta (2021- ) .
Ponente en las IX jornadas de Cine y discapacidad de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid (2019)
venTEA (2017 – )
Desarrollo, diseño e implementación de la metodología de los proyectos de ocio adaptados a las necesidades de las personas con TEA.
Fundación Quinta (2016 – 2018)
Servicio de adultos de los talleres prelaborales de la Fundación Quinta
Ocio y acompañamiento de niños y adultos en el espectro autista.
He asesorado a la compañía de teatro The Stage Company para el estreno en el Teatro Príncipe Gran Vía de Madrid de su obra adaptada El sueño de una noche de verano, y Autismo Madrid para la proyección adaptada del preestreno de Invisibles en los cines Paz de Madrid.
Pertenezco a la junta directiva de los Cines Zoco Majadahonda donde soy responsable de la comisión de accesibilidad e inclusión.
¿Cómo he llegado hasta aquí?
Los museos
Repartíamos las vacaciones en dos trozos: la primera mitad íbamos a la playa, y la segunda, hacíamos “turismo de piedras”. O sea, ver iglesias, yacimientos, museos, palacios, castillos, jardines… Somos tres hermanos y muchos de los recuerdos que tengo de nuestra infancia son en esos viajes. Recuerdo no encontrar un baño en la National Gallery y no ver la Venus del espejo porque me dolía muchísimo la tripa, y que luego fuimos al Museo del juguete. Recuerdo una bronca mundial con mi hermano pequeño un día que le dijimos, en los jardines de un castillo del Loira, que en realidad no era hermano nuestro. De Atenas me acuerdo casi igual de la piscina que teníamos en el tejado del hotel que de preguntarle a mi padre en el Partenón que cómo habían hecho para llevarse los trozos de los frisos enteros a otro país.
Cuando acabé de estudiar fotografía me dieron una beca en el Museo del Prado me hizo tanta ilusión que me daba miedo no encontrar otro trabajo que me pudiera gustar tanto como ése. Por eso tiene toda la lógica del mundo que mis tiros laborales sigan por aquí.
El cine
Habría preferido pintar, pero no se me daba del todo bien, así que tiré por la fotografía y por el cine. Me servían para contar historias, que son las cosas que más me gustan en el mundo. Son dos cosas de las que se puede disfrutar sola o en compañía, y en cualquier sitio, en cualquier momento… Si no estás en el espectro autista, claro. Si lo estás hay una marea de barreras entre el cine y tú, entre algunos museos y tú. Por eso el proyecto final de mi máster fue en esa dirección: montar un pase de cine accesible e inclusivo donde se pudiera ser autista, y disfrutar.
¿Por qué el ocio adaptado?
Pensad en un invidente que tiene que cruzar un paso de cebra: si el suelo es rugoso donde acaba la acera, y cuando se pone en rojo pita, es perfectamente autónomo para cruzar con su bastón. El entorno está preparado para ofrecerle la ayuda que necesita. O sea, que la discapacidad viene también impuesta por el entorno en el que nos movemos.
En el caso de los TEA (Trastornos del Espectro Autista) vamos regular: los entornos son muy hostiles. Vivimos en un mundo que cambia mucho y rápido, que es ruidoso, en el que cada vez hay más pantallas brillantes por la calle, en los bares, en los autobuses y el metro. Las familias renuncian muy a menudo a participar del ocio de sus barrios porque no están preparados para darles la ayuda que necesitan. Porque no se les entiende, se les juzga, se les critica.
Apenas hay apoyos en general para las personas en el espectro autista, y mucho menos en el ocio, eso que tanto nos gusta a todos, y tanto necesitamos. Así que tenemos tenemos que luchar para conseguirlos y que sean los establecimientos de ocio los que se resposabilicen de proporcionarlos. Sé que se puede, porque yo me eché a la espalda la sesión de cine en Majadahonda y me empeñé en que se mantuviera, y con el tiempo, los cines me han quitado esa mochila, y la han incluído en su programación habitual.
Se puede. Tenemos que juntarnos para conseguirlo. Pero se puede.