La accesibilidad cognitiva

Sin ponernos técnicas os decimos que la accesibiliad cognitiva es lo que hace que podamos entender y usar las cosas. Las señales de tráfico, las que indican el baño, el camino hasta una terminal en el aeropuerto, los ingredientes de un producto, una página web, una multa de tráfico…

Se toma poco en serio la accesibilidad cognitiva salvo en situaciones en las que NADIE quiere tener un problema. Hay cosas que siempre están bien señaladas:

– Los extintores

– Las salidas de emergencia

– Un STOP

Hay cosas que no. Los carteles de los cuartos de baño, por  ejemplo, son especialmente susceptibles de ser usados como lienzo de creatividad máxima cuando son una cosa muy seria: si yo no entiendo a qué baño tengo que entrar, y no puedo, no quiero, o no sé preguntarle a nadie detrás de qué puerta está el baño de chicas, tengo un problema.

Un derecho llave

¿Habías oído hablar de los derechos llave? Son los que abren, o cierran, la posibilidad de que se cumplan otros de nuestros derechos. Como si fuera una casa con muchas puertas.

Si el trámite para hacer la matrícula de la universidad es un infierno, no voy a poder estudiar.

Si el formulario para pedir la cita en el centro de salud es confuso, no voy a poder ir al médico.

Si los programas electorales no están escritos en lectura fácil, no voy a poder votar a quien más me convenga.

Si los carteles que indican el baño y la salida en un restaurante no están claros, y no puedo deambular con seguridad, se están vulnerando mis derechos.

¿Es tan grave?

Pues sí. Porque además de vulnerarse nuestros derechos está pasando una cosa muy cruel, y es que estamos levantando la barrera psicológica del NO ERES CAPAZ. Y eso es un golpe a la autoestima innecesario. 

Tenemos que permitir que todas las personas seamos autónomas, que en la medida de lo posible (y con la accesibillidad cognitiva se hacen posibles muchas cosas) no necesitemos ayuda.